La drácena es una planta originaria del África tropical y ha demostrado ser una de las plantas que mejor se adapta al crecimiento en interior. Es una planta de follaje fino; según la variedad, las hojas están matizadas en distintos colores. Según va creciendo, pierde las hojas inferiores dejando desnudo un fino tallo que suele arquearse creando efectos muy decorativos. Su fácil cultivo, colorido, finura del follaje y porte hacen de esta drácena una planta realmente decorativa y perfecta como adorno de interior.